Gran final Molareño A (Madrid)-Incusa A (Valencia)

 

Es una final difícil, muy difícil de pronosticar.

Detrás, dos pegadores, que llevan la pelota un metro más allá que sus contrarios. Suficiente para plantear siempre un partido en el que se juega de poder a poder entre zagueros. En esta final van a jugar varios aspectos. Por parte de los madrileños del Molareño -Iván y Raul - el psicológico. Están fuertes, vienen de hacer un campeonato magnífico y es su oportunidad. Iván hasta ahora ha caído en muchas finales, tal vez en demasiadas. . Pero si recoge los aspectos positivos, las conclusiones que ha podido sacar a lo largo de los partido que ha disputado, debe saber que sus posibilidades son muchas. Pocos fallos en cada partido, un compañero muy seguro que le acompaña bien y unas piernas y un físico envidiables que le hacen llegar a todas partes. Un pero, suele fallar en las finales. Pero ya tiene edad, experiencia y madurez suficientes para solventar esta situación.  No obstante también hay que tener en cuenta que en alguna ocasión, la satisfacción por el deber cumplido es una merma.

Joan ya sabemos cómo va. A doscientos por hora. Y lleva los partidos al límite en todos los sentidos. Más aún cuando tiene la obligación de ganar. Va acompañado por quien quería, Luis lechuga, un gran delantero. Joan debe hacer que el partido caiga en manos de Luis, y éste, apretar pero también tocar. Si se olvida de los cuadros delanteros, perderá. Si los maneja con cierta soltura, entonces puede sacar mucho rendimiento. Si el partido es sólo de pelotazos, el partido puede ser de Iván. Si Joan, por supuesto además de pegar, abre algún hueco, es decir busca separar a los contrarios, el campeonato será para el Incusa. El incusa para ser campeón tiene que jugar frontenis de verdad, ese cuya intención no es aguantar hasta el último minuto para ganar o perder de un tanto.

La medalla de bronce debería ser para el Valenciano. Cebrián no está mentalizado y Jorge e Iván deben demostrar que ayer sólo fue un mal partido. Deben disputarlo a muerte. Las motivaciones son mayores en la pareja del valenciano.